Este fin de semana todo el equipo de Novicell España hemos viajado a Sletten (Dinamarca) para participar en el encuentro anual de todas las sedes de Novicell: El kick-off. Esta edición ha incluido deporte, networking, naturaleza, ocio y buena selección gastronómica.

Este año arrancamos el kick-off el viernes con un concurso-taller de elaboración de gintonics, donde los asistentes en grupos competían para crear el mejor gintonic: los ganadores fueron Birgit y Jaume, de Novicell España, con una ginebra con enebro, jengibre, romero y ruibarbo. Se trajeron el trofeo para casa. ¡Felicidades!

Los que no estaban interesados en los gintonics se introdujeron al mundo del Bob (tal y como lo llaman en Dinamarca); también conocido como Novuss (deporte nacional en Latvia) o Koronna. Se trata de un juego parecido al billar, pero con algunas diferencias. La principal diferencia es el soporte: un tablero de madera de tamaño de aproximadamente 1 metro con fichas pequeñas de madera: Todo un descubrimiento.

El sábado empezamos la jornada con una reunión de equipo muy constructiva sobre nuestra filosofía de empresa y motivación. Más tarde, los más aventureros del grupo (Antoine, Sergi, Clara y Haydn) fueron a hacer una ruta en mountain bike por el bosque junto a compañeros de otras sedes. Otros prefirieron ir a hacer running para no perder la forma y quemar las calorías del día anterior: el objetivo, llegar al mirador del Himmelbjerget (literalmente, la montaña del cielo).

Los que no tenían tanta energía o querían relajarse, hicieron una excursión por el lago Julsø, intercambiando experiencias y disfrutando de la naturaleza del lugar.

Después de comer unas pitas deliciosas, tuvo lugar la charla de Per Kirscher que inaugura el kick-off, donde se habló del tipo de empresa que queremos ser, se presentaron los resultados y las novedades de cada sede de Novicell y dimos nuestra bienvenida interna a los colegas de nuestra nueva sede en Oslo. El crecimiento de la compañía se hace evidente: cada vez somos más empleados y cada año generamos más negocio.

La tarde siguió muy deportiva para algunos, que no se alejaron de la pista de voleibol, mientras los demás disfrutaban de la zona chill-out.

Domingo fue el momento de hacer las maletas y despedirse de un lugar idílico y soleado (sí, en Dinamarca hace sol incluso un fin de semana entero). Volvemos a Barcelona y Madrid cansados después de un fin de semana intenso, pero con una sonrisa y con las pilas cargadas.

‍